jueves, 7 de octubre de 2010

Drogas alucinógenas y terapia

Quien piense que todas las drogas son malas, o que no tienen efecto positivo alguno sobre la persona que las consume, probablemente sea debido a dos razones: o a un mal que nos afecta a todos en mayor o menor medida, llamado ignorancia; o a que vive sometido bajo los prejuicios y tabúes de una sociedad más interesada en aspectos políticos y económicos que en la felicidad de los ciudadanos. Debo decir que la primera razón es fácilmente corregible; sólo hace falta seguir leyendo...

Hablemos de los alucinógenos, drogas muy mal vistas, en general, por occidente en nuestra época. Recuerdo que cuando estudiaba 2º de B.U.P., en la clase de ética nos decían que el LSD era la droga más dañina de todas. Pues bien, yo entonces no lo sabía, y es probable que muchos lectores tampoco; pero lo cierto es que esta droga “tan mala” se ha venido utilizando desde los años cincuenta del siglo XX con propósitos terapéuticos, y con resultados muy prometedores.

Por aquellos años varios médicos preocupados por adentrarse en los misterios de la conciencia humana descubrieron que el LSD era un excelente vehículo para comprender la mente y explorar los espacios interiores más valiosos y auténticos. Recomiendo ver el vídeo “Los pioneros del LSD” para una comprensión de las primeras investigaciones psiquiátricas con esta droga.

Pero a pesar de la vergonzosa prohibición en los EEUU del uso terapéutico del LSD a finales de los años sesenta, afortunadamente la investigación de esta sustancia sobre la psique humana no ha cesado. Científicos estadounidenses están investigando la utilización de drogas como el LSD en tratamientos de depresión, migrañas y trastornos obsesivo-compulsivos. En la actualidad se han ido incorporando otras pruebas como el Psilocybin -una sustancia que se encuentra en las setas alucinógenas- con enfermos de cáncer, y con MDMA o éxtasis para el estrés post-traumático.

Según Roland Griffiths, profesor en la Escuela de Medicina Johns Hopkins de Baltimore "se está trabajando sobre la hipótesis de que el psilocybin o LSD puedan ocasionar experiencias espirituales que ayuden a los pacientes a sobrellevar su enfermedad". Pese a las contraindicaciones que pueden tener el uso de este tipo de drogas, si están bien administradas pueden resultar seguras.

En 2007 una nueva investigación llevada a cabo en la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York demostró la analogía entre la esquizofrenia y los efectos producidos por LSD en una persona sana: la LSD afecta a los mismos receptores de serotonina y glutamato que funcionan anómalamente en los esquizofrénicos. Por tanto, si se descubren fármacos capaces de bloquear los efectos de la LSD en estos receptores, es muy probable que también resulten eficaces para combatir los síntomas de esquizofrenia.

También el MDMA se está viendo que es útil para la recuperación de personas con trastorno de estrés postraumático.

Y aunque parezca una contradicción, la ayahuasca, una planta que contiene Dimetiltriptamina, se está utilizando para la rehabilitación de drogodependientes.

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